miércoles, 19 de abril de 2017

VALORACIÓN DE LA APLICACIÓN DEL ERTE 2016-2017

Desde la sección sindical de UGT, una vez finalizado el ERTE que TRI ha aplicado a los trabajadores y trabajadoras, queremos manifestar nuestra valoración sobre el desarrollo del mismo:

Una vez más, ha quedado demostrada la incapacidad de la Dirección de Empresa para tomar decisiones acertadas, ya que, en vista del escaso uso que se ha hecho del ERTE, está claro que ha sido mayor el gasto generado en la tramitación del mismo que las ventajas que TRI ha obtenido con él y lo único que se ha conseguido ha sido perjudicar a los trabajadores y trabajadoras afectados.

Por eso, la sección sindical de UGT, ha solicitado a la empresa que abone el dinero perdido, a todos los trabajadores y trabajadoras que han tenido que ir al desempleo, hasta el 100% de su salario.

También, una vez más, ha quedado demostrado que es prácticamente imposible frenar un ERTE por la vía de los juzgados, ya que, a pesar del escaso uso que TRI ha hecho de él y, a pesar de haberse aportado estos datos al Juzgado, se han perdido tanto la sentencia inicial como el recurso posterior y, lo que es peor, ahora la empresa tiene un dictamen de los tribunales en el que le dan la razón y le confirman que sí existían causas suficientes para enviarnos al desempleo.

Estaba claro que, ni la Inspección de Trabajo, ni los jueces, le iban a impedir a la empresa hacer uso de una herramienta, como es el ERTE, que la ley proporciona a los empresarios para que hagan frente a los problemas con los que puedan encontrarse. Ya habíamos tenido dos experiencias anteriores ¿necesitábamos la tercera?

Por eso, creemos que no fue acertada la decisión que tomó la mayoría del comité de empresa, formada por ELA Y LAB, de no negociar las condiciones del ERTE, ya que lo único que se ha conseguido ha sido perjudicar a los trabajadores que han ido al desempleo, que han sufrido una pérdida importante de su salario, sin que ello haya servido para protegernos en el futuro.


Los que no quisieron negociar, decían que era porque nos podía perjudicar más adelante, pero ¿qué nos perjudica más, una negociación en la que dábamos (y quedaba escrita) nuestra opinión contraria a los argumentos que aportaba la empresa o una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en la que han dado por buenos todos esos argumentos? ¡Pensadlo!